Opinión

Felipe Morales

Con un estilo fresco y una pluma original, Felipe Morales nos cuenta las mejores historias del futbol desde su perspectiva periodística.

América pulverizó a Pumas

2018-12-10 | Felipe Morales
FELIPE MORALES
Comparte en:
Contenido Patrocinado

El América pulverizó a Pumas y jugará la Final contra Cruz Azul, porque al destino le gustan las simetrías. Las Águilas contenderán por el título con La Máquina, por cuarta ocasión, por lo que será el partido que más veces se haya disputado en una última instancia, porque a las grandezas también le placen los desafíos...

Pumas no sabrá nada de eso, porque hay cosas que no se quieren contar y otras que resultan incontables. En el primer caso, los universitarios no contarán nunca, desde la presunción, su humillación. En el segundo, sus aficionados no podrán usar los dedos de una mano para contar los goles que recibieron en una noche trágica en la que su espíritu se consumió en las tinieblas.

Eso es suficiente. Lo será por siempre para el americanista, porque si las Águilas visten de amarillo, la humillación lo hace de azul y oro, deslavado en la impotencia. 

Lo sabe Alfredo Saldivar, que ayer no se puso dedos en los guantes, cuando Renato Ibarra le envió un balón de lunes y lo convirtió en fiesta de viernes con ritmos de gol. Pero Pumas encontró en Carlos González a un rematador, que taladró con un cabezazo la puerta americanista.

TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR: SALDÍVAR ROMPE EN LLANTO TRAS GOLEADA DE AMÉRICA EN SEMIFINAL

Pero los partidos se juegan en dos canchas: en el pasto y en el aire, donde pilotea Bruno Valdez, el defensa que se aburre de la destrucción para cambiarla por la edificación. Y así, con un cabezazo a primer palo, construyó la anotación.

Pero la sintonía anímica también visita los campos. Pumas seguía necesitando solo un gol, pero con aquel recibido, la moral se desvaneció, como se desvanece alguien cuando recibe una mala noticia. 

Y los felinos desfallecieron, cuando Saldivar tampoco se ató bien los cordones y falló en una salida con los pies, que Ibarra reconfiguró con un centro rematado, de tijera, por Roger Martínez, que colgó  una hamaca en el aire y, de espaldas, se tiró sobre ella para recostarse en lo eterno. 

TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR: AFICIONADOS DE AMÉRICA Y PUMAS INTERCAMBIAN GOLPES EN EL AZTECA

Pumas era un zumbido en el oído, de esos que te aturden y te desorientan. Solo conocía una cosa: el camino hacia su portería, de donde sacó el cuarto balón, disparado al centro por Guido Rodríguez. 

Después, Diego Lainez cerró la pinza para el quinto y Emanuel Aguilera hizo, de penal, el sexto. América jugará la Final contra Cruz Azul porque las revanchas saben chutar. 

Para ese entonces, ya con un Estadio Azteca volcánico, los americanistas rugieron el triunfo con voz de fuego; instalados en el fracaso, los universitarios ya no podían contar los goles, porque hay cosas incontables y otras, como esta estrepitosa derrota, que jamás se quieren contar…

Contenido Patrocinado