Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

¡Y que viva la mediocridad!

2020-02-07 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Al final del día, como casi todo en el futbol mexicano, se reduce a intereses, a economía, a negocios. El futbol, con que subsista, es suficiente. 

Tigres, Rayados y América se dieron 'el lujo' de perder sus partidos de la última jornada, pero nadie hace demasiado escándalo, ni siquiera los entrenadores o los futbolistas de esos clubes. Ellos saben que el sistema de competencia les favorece y con que se esfuercen, en algún momento del torneo, será suficiente para alcanzar el boleto a la Liguilla y disputar el trofeo de campeón.

Así lo hizo el Monterrey, recientemente, y así ha sido desde la instauración de los torneos cortos. La Liga MX tiene un sistema de competencia que favorece la mediocridad. Puedes ser irregular y perder dos, tres o cuatro partidos. La Liguilla siempre estará esperándote, a tu alcance y luego dependerá de otro tipo de circunstancias en un torneo completamente distinto. 

¿Sabe usted dónde estarían las posibilidades de un campeonato si Tigres, Rayados o el América  se comportaran de esa forma en la Liga inglesa, española o italiana? Habría que preguntárselo, por ejemplo, al Atlético de Madrid, en España, o tal vez a aquellos que persiguen al Liverpool en la Premiere League, o al Inter de Milán o a la Lazio, que parecen decididos a competirle a la Juventus en la Serie A italiana. En esos niveles, un descuido, una mala racha es suficiente para alejarse del título y de los cupos para los torneos europeos.

En México, tenemos un ritmo de competencia muy aburrido y extremadamente propicio para fomentar la irregularidad. Los equipos 'juegan', se 'burlan' del calendario regular. Saben que en cuanto llegue el momento preciso, acelerarán un poco, se meterán entre los ocho mejores y tendrán las mismas aspiraciones que todos. 

Entiendo perfectamente la necesidad de que el futbol sea un producto atractivo en la televisión. Y esta forma de competición, en apariencia, le permite  al 'sistema' -dueños del balón- sostener un negocio y, en apariencia, hacerlo más atractivo al final. Pero el daño que le genera a nuestro futbol la poca intensidad de las jornadas regulares es algo que debe tomarse en cuenta. Los clubes, prácticamente, 'vegetan' durante 17 fechas y, con muy poco, aspiran a un trofeo. 

Debe existir otra clase de fórmulas  que generen una mayor presión en el juego. La Liga MX las podría analizar porque lo único que provoca esto es que los clubes 'grandes' y 'súper poderosos' se burlen de la competencia y jueguen cuando se les plazca jugar, sin importarles la responsabilidad que tienen para con sus aficionados.

¡DOS TITULARES EN EUROPA!

Mientras a Rodolfo Pizarro -producto de exportación- ya podemos colocarle la camiseta con el número '10' del Inter de Miami de David Beckham y Marco Fabián de la Mora firma por el Al-Saad de Qatar, el horizonte mexicano en las Ligas europeas se ha reducido, dramáticamente, a sólo dos futbolistas titulares. Raúl Jiménez, en el Wolverhampton de Inglaterra, y José de Jesús Corona 'Tecatito', en el Porto de Portugal. Una cifra realmente ridícula para un futbol que sigue creyendo -supongo yo- que su potencial de desarrollo depende de la cantidad de futbolistas que pueda colocar en los niveles más desarrollados del juego. 

Las dos grandes debacles de la temporada mexicana en Europa se concentran en Hirving Lozano y en Héctor Herrera. El llamado 'Chucky' casi no juega en el Nápoles, cuando había llegado a ese equipo con la etiqueta del futbolista más caro en la historia de la entidad. Y Herrera se ha diluido en la pobre temporada de Atlético de Madrid, prácticamente eliminado de la lucha por la Liga y emplazado a enfrentar, en un par de semanas, al mejor club del mundo, el Liverpool, en los Octavos de Final de la Champions League. 

No se exporta con la velocidad y el número adecuado porque el jugador mexicano tiene poco cartel en el mundo y la Liga MX muy poca capacidad de difusión. La Liga se ocupa de consumir y si son elementos extranjeros, mucho mejor, mientras la selección sufre para encontrar nivel y es manejada, absolutamente, como un negocio. La realidad es que al futbol mexicano se le conoce o reconoce cada cuatro años en los Mundiales.

Lo de Pizarro es un claro ejemplo de ello. Ningún club europeo estaba dispuesto a pagar los 12 millones de dólares por él en la cláusula de rescisión. El Monterrey, en el sistema de Mohamed, lo utiliza poco o nada. Se le consultó a los Rayados si estarían dispuestos a negociar un préstamo a algún club europeo y la respuesta fue que sólo se marcha vendido. Apareció el Inter de Miami de la MLS y dijo aquí está el dinero. En lugar de que Pizarro termine de crecer como futbolista en alguna de las mejores Ligas del mundo, lo hará a través de la MLS.

El torneo regular no es intenso y la producción de futbolistas mexicanos -de talento- está detenida y no se refleja con vehemencia en los niveles europeos, pero el futbol mexicano sigue siendo un negocio boyante. Lo demás, vale poco o de plano -disculpe usted- vale madres.

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