Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

“Salvemos al futbol"

2020-03-24 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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"Salvemos juntos al futbol de una crisis que amenaza con ser irreversible".

La frase es del presidente de la FIFA y suena tan alarmante como los tiempos mismos que vive la humanidad. Gianni Infantino asegura que es necesario disminuir la cantidad de clubes, los torneos y el ritmo de competiciones a los que se expone al futbolista. 

La FIFA, la misma que generó este mundo de caos futbolístico, parece decidida a aceptar un mea culpa e invita a tomar un camino diferente, claro, siempre cuidando y protegiendo la parte esencial del juego, de su juego, que se traduce al negocio.

En México no estamos lejos de esa realidad. Los dirigentes quieren más equipos, más partidos, más dinero, más negocios y menos riesgos. Y ante ello sugieren un “modo futbolístico” de vivir acorde con lo que más les conviene: no habrá descenso ni ascenso, porque alguien puede perder su inversión o patrimonio. 

La Liga de ascenso se cierra, porque no hay que navegar en la incertidumbre de nuevos inversores y se fomenta la práctica ilegal de la multipropiedad, porque no hay suficientes inversionistas para el juego.

Lo primero que debe hacer el futbol mexicano es entender su realidad y aceptarla. Si el negocio (como ellos lo llaman) no da para 20 o más equipos, hay que buscar la cifra exacta. Ni más ni menos para una economía como la mexicana que, si bien se refiere un extenso país con una gran afición y una ilimitada pasión por el futbol, los tiempos indican que hay que tener cautela y cuidar cada paso que se da. 

Abolir el descenso y el ascenso es quitarle al juego del futbol una esencia fundamental de su propio espíritu. No podemos copiar otros modelos (el de los deportes estadounidenses que tenemos siempre a la mano). En México, el futbol se concibe y se vive en la gloria y la desgracia de ser campeón o de perder una categoría. 

Así lo hemos entendido los mexicanos desde que el futbol tomó un rumbo como profesional en la nación y se apoderó de una gran parte del corazón de los aficionados. Acabar con la Liga de Ascenso es también acabar con las ilusiones de muchas personas que son parte el juego (del negocio) del futbol. 

Y ello, sin tocar aún la parte esencial del deporte, la materia prima del juego: el futbolista. ¿Cuántas fuentes de trabajo se terminarían con la desaparición de las divisiones inferiores?

El punto más álgido de la controversia se refiere a la multipropiedad, una violación que muchos llaman, descaradamente, “un mal necesario” del futbol mexicano. No podemos seguir con eso. 

En ninguna Liga civilizada del mundo una misma persona física o moral puede tener el control de más de un club al mismo tiempo. ¿No entendemos, acaso, que dejamos poco margen de maniobra en un país afectado por la corrupción y la trampa en la mayor parte de sus actividades? "No", dicen aquellos que cuidan “el negocio”. 

"En México el futbol es incorruptible", aseguran. Ello debe terminarse. Ya pasó el 2018 con la promesa de Decio de María y estamos en pleno 2020, ahora con una idea renovada o distinta sobre una trampa que ha sido autorizada por los mismos directivos que dictan y establecen las reglas en el futbol de México.

No podemos seguir creyendo que pueden sentarse 10, 12 o 14 personas y decidir cómo se jugará el futbol en México. No, aquí hay una tradición, una cultura, un apego al juego que debemos respetar. 

El futbol no es de nadie en México. Ni de Televisa, del Azcárraga, ni de Salinas Pliego, ni de Irarragorri, ni de Jesús Martínez, ni de Jorge Alberto Hank, ni de Femsa, de Cruz Azul o de Cemex. 

El futbol es de los mexicanos, de los aficionados mexicanos. Ellos y su pasión hacen posible que el balón ruede, que los estadios se llenen, que se compren camisetas y que enciendan televisiones y que se consuma lo que ahí se anuncia y también que se paguen los altos salarios de la mayor parte de los futbolistas. 

Ya lo dijo el presidente de la FIFA: "Es tiempo de salvar al futbol", no de hundirlo más en el abismo que plantean los dirigentes mexicanos… 

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