Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Imposible evitarlo...

2017-11-28 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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* La Final norteña es inminente en el futbol mexicano. Ni América ni Monarcas tienen el futbol y las condiciones para hacerlo.

* El América de la serie ante Cruz Azul corre “peligro” ante el Tigres de Ferretti…

* ¿Cualquiera puede ser campeón? El viejo axioma del futbol mexicano se ha vuelto obsoleto. Cualquiera, sí, que invierta 30, 40 o 50 millones en su equipo…

Evitar una ‘Final norteña’ va a ser prácticamente imposible. América y Monarcas Morelia lo van a intentar. Para lograrlo, necesitarán algo más que suerte, orden y el reglamento en la mano, tal y como lo hicieron en la ronda de los Cuartos de Final.

Las ‘sorpresas’ en el futbol existen. Han sido parte de la historia de éste y de otros deportes, pero tanto el América como el Morelia requerirán de una mejoría ostensible en su nivel futbolístico para impedir lo que parece una realidad: un Rayados-Tigres por el título del futbol mexicano.

No veo cómo el América de la serie ante Cruz Azul sea capaz de inquietar a nadie, mucho menos a un equipo armado y siempre fortalecido como Tigres, cuya inercia parece ir de menos a mucho más y que para ‘peligro’ de sus competidores no ha mostrado aún todo su potencial en el torneo y en la Liguilla. El América vive de una certeza defensiva y de contragolpes que dependen de la eficacia de Darwin Quintero y de sus dos delanteros de punta: Oribe Peralta y Silvio Romero. Si ambos están fríos, como lo estuvieron en el cierre del campeonato, las cosas se le complican al Piojo y a sus jugadores. El América necesitará elevar su nivel de juego y el de sus individualidades para dejar en el camino a Tigres.

El camino de Monarcas, sin duda una de las grandes revelaciones del campeonato, parece todavía más complejo. Monterrey arrasó con el Atlas en Cuartos y tal parece que ha llegado en su mejor versión futbolística a la instancia definitiva. Ganarle a los Rayados supone ser imposible para un equipo de Roberto Hernández, que estaba presupuestado para evitar temas de descenso y que hoy respira, prácticamente, en un ‘Cuento de hadas’.

¿Cualquiera puede ser campeón?

Recuerdo con un dejo romanticismo -y hasta de cierta ternura- los días en los que llamábamos al América el ‘equipo milloneta’. Hoy, no es que haya dejado de ser un club influyente y rico, pero es uno más de los muchos que tienen una chequera amplia y poderosa para invertir en el futbol.

La vieja premisa del futbol mexicano: “Cualquiera puede ser campeón”, podrían estar cada vez más lejos de ser una realidad.

Sí, ‘cualquiera’ que de pronto pueda acceder a tener 30, 40 o hasta 50 millones de dólares para invertirlos en futbolistas y en un entrenador de primer nivel. Antiguamente, hace ya algunos años, ese papel correspondía -nunca bajo ese tipo de cifras, claro- a los llamados ‘equipos grandes’: América, Cruz Azul, Pumas, Chivas -aún con su política de utilizar sólo jugadores mexicanos- y hasta el Toluca. Ahí se concentraban y se concentran todavía la mayor parte de los campeonatos que el futbol mexicano ha repartido desde el día en que transformó en profesional.

Los tiempos han cambiado. Han aparecido ‘nuevos ricos’, empresas poderosas detrás de clubes dispuestos a invertir grandes sumas en la conformación de planteles. Clubes respaldados -administrados- por empresas de televisión, que lo ven como un negocio redondo -la ‘sagrada’ combinación de futbol y de pantalla-. Otros como el Pachuca y el León que han entendido perfectamente bien los pasos que deben seguir para el éxito en esta en industria y los equipos de Monterrey, fraguados en una lucha interna, en una polarización absoluta, donde cada seis meses hay una disputa sobre quien tiene al mejor entrenador, al mejor futbolista, el plantel más profundo y hasta el mejor estadio.

Hoy como ayer, en el futbol profesional, el dinero marca distancias y establece condiciones, pero el tema se ha agudizado. La brecha entre ricos y pobres aumentan de forma dramática, con lo que el axioma de que “cualquier puede ser campeón” se aleja y se transforma por “cualquiera que invierta mucho dinero aspira al campeonato en esta Liga”.

La diferencia entre lo que gastan -o como ellos llaman “invierten”- Monterrey y Tigres con respecto al América, a Chivas, a Cruz Azul o a Pachuca, no es mucha, pero sí lo es con respecto a otros clubes como Veracruz, Lobos BUAP, Pumas, Atlas y Morelia.

No hay mucho ‘secreto’ en este sentido: quieres ser campeón, métele plata y claro, no hará ningún daño cierta cuota de inteligencia para invertir ese dinero tal y como lo han hecho los clubes de Monterrey escudados en entrenadores de la calidad de Ricardo Ferretti y de Antonio Mohamed.

Los planteles ricos de Rayados y de Tigres son hoy todo ‘un lujo’. Desde un boleto para el estadio -donde los abonos están vendidos de manera anticipada a veces por muchos años- y hasta el hecho de encender la televisión para atestiguar el juego de futbolistas como Gignac, Hurtado, Valencia, Pabón, Vargas o a Funes Mori. La inversión en estos futbolistas debe generarles resultados deportivos y también un negocio.

“A mí no me piden ganancias”, dice el ingeniero Alejandro Rodríguez, presidente de Tigres. “Lo único que no puedo dar es perdidas. Todos lo que ganó lo reinvierto”. Tigres está respaldado por un poderoso grupo cementero transnacional que seguramente tendrá otro tipo de “ganancias” alrededor del éxito del club de futbol: imagen, presencia en la comunidad, impuestos, publicidad, etc. Lo mismo pasa con Monterrey, cuyo propietario es FEMSA, el operador de Coca Cola en México y también socio de Cervecería Cuauhtémoc. Los Rayados estrenaron hace un par de años uno de los escenarios deportivos más impresionantes del mundo y su campaña de liderato general apunta para ganarlo todo en este semestre: la Liga y la Copa MX.

¿Cualquiera puede ser campeón en México? La respuesta es sí. Cualquiera que este dispuesto a gastar 40 o 50 millones de dólares para apuntalar a su equipo. Los tiempos han cambiado. Llamarle sólo ‘milloneta’ al América sería una mentira rotunda.

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