¿Herrera o Almeyda?

De forma prematura, todavía sin conocer el desenlace de la actuación mexicana en el Mundial de Rusia, “la batalla” por transformarse en el sucesor de Juan Carlos Osorio en la Selección Mexicana, pudo haber comenzado ya.

Miguel Herrera lo ha dicho abierta y directamente: “Quiero volver. No perdí esa posición en el campo de juego. Voy a tratar de recuperarla”.

Matías Almeyda ha sido un poco más precavido: “Siempre ha sido un sueño dirigir a una selección. Lo consideraría un gran reto en mi carrera. No puedo decir que no estaría interesado”.

Desde el América, parece siempre más sencillo acceder a la Selección Mexicana. Desde Chivas, existe la garantía -con Almeyda- de haber dirigido y alcanzado el éxito con un equipo integrado únicamente por mexicanos.

Yo creo que la “batalla” está abierta y bien fundamentada en dos técnicos con la capacidad suficiente para sentirse candidatos o precandidatos estamos en tiempos electorales- del equipo mexicano. Ayuda, también, el hecho de que Osorio haya anunciado precipitadamente que una vez que concluya la actuación mundialista, terminará su compromiso de trabajo en México y que lejos de una renovación, esta pensando en otra clase de horizontes.

Miguel Herrera podría tener un paso adelantado. Ha vuelto al América -hasta ahora, en su segunda etapa, sin grandes resultados-, pero su cercanía al poder federativo y a la decisión que tendrá en sus manos Yon de Luisa -el anunciado presidente de la FMF- le otorgan grandes ventajas.

El único menoscabo en el tema podría referirse al explosivo temperamento del personaje que una vez le costó ya un escándalo a la Federación.

Los tiempos de Osorio se han caracterizado por la calma que ha generado su personalidad en el entorno de la selección. Volver con Herrera, es volver a un terreno peligroso. Matías Almeyda ha mostrado una gran capacidad para dirigir a un grupo de futbolistas mexicanos.

Lo que él ha logrado en Chivas es realmente impresionante. Algunos expertos de cancha -el caso de Rafael Puente, de ESPN- lo han catalogado como el mejor entrenador en la historia de Chivas.

Al mismo tiempo, ha generado un ambiente positivo en su relación con los medios y su imagen personal. El argentino es lo mejor que le ha pasado a Chivas desde que Jorge Vergara asumió el control del club. El único obstáculo que podría interponerse en la situación que tiene el propio Guadalajara.

Paco Gabriel de Anda, el director deportivo de Chivas, dijo durante la semana que la continuidad de Almeyda no estaba garantizada. “Lo veo dubitativo”, dijo el dirigente.

¿Herrera o Almeyda? Lo mejor que le podría pasar al futbol, mexicano es que la Selección tuviese un gran Mundial y que Osorio aceptara un proceso más hasta la Copa de Qatar 2022.

Las expectativas, sin embargo, no son muy positivas. Ni en la idea de que México tendrá una Copa exitosa ni tampoco en la que el colombiano quiera -o quieran los dirigentes- que continúe al frente del equipo mexicano.

Como están las cosas, tenemos un “Clásico nacional” (o en este caso a los dos entrenadores que hoy trabajan en los clubes más populares del país) como serios candidatos a ocupar próximamente el banquillo de la selección mexicana. ¿Águila o sol? ¿Cara o cruz? ¿Cuál es el indicado?

Si me preguntan mi opinión, creo que valdría la pena probar con Almeyda. Herrera tiene más experiencia  y logró un buen trabajo en el Mundial del 2014, pero el argentino ha logrado imprimirle un estilo y una condición ganadora a un equipo como el Guadalajara -que es el “laboratorio” perfecto”- para medir los alcances de un entrenador antes de llegar a la Selección Mexicana.

Lo mejor sería que Osorio y México triunfaran en Rusia. Por ahora es poco probable. Es más bien un sueño. Luego de la decisión de Herrera o de Almeyda dependerá, como siempre, factores externos -político federativos y hasta comerciales- y mucho menos deportivos.

Lo cierto es que podríamos tener una interesante “batalla” por la dirección técnica de la Selección Mexicana y un bálsamo incluso para aquellos que están dispuestos a criticar el proceso de Juan Carlos Osorio hasta las ultimas consecuencias.