Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

En su justo lugar

2018-04-24 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Ni ‘superfuertes’ ni ‘superatletas’.

Juan Carlos Osorio puso a México en su sitio a 50 días de la inauguración del Mundial. Consciente de lo que sus declaraciones podrían originar, pidió mesura con quienes compartía esta reflexión en lo que suponía ser, de inicio,  una comparación directa con las aspiraciones de la selección colombiana en el certamen de Rusia 2018. 

Al final, el entrenador de la Selección Mexicana no dijo ninguna mentira ni se ha alejado de una realidad. Ha colocado las cosas en su sitio: México no es el equipo que muchos creen tener y tampoco está conformado por ‘superatletas’ -comparado, quizá, con Colombia- y punto.

Pero conociendo a Osorio, a mí parece que estas declaraciones intentan llegar de manera directa a los futbolistas para buscar un sentido de humildad o de sumisión con el tiempo ya contado para la cita mundialista. El colombiano quiere un equipo consciente, tanto de sus grandes virtudes -que seguramente las tiene- como también juicioso de sus defectos. Un México autocrítico, según Osorio, tiene más posibilidades de competir en el difícil grupo mundialista que le ha tocado.

El entrenador mexicano establece que no cuenta con jugadores que sean parte de los mejores equipos en las mejores Ligas del mundo. Otra verdad contundente, aunque habrá que apuntar que el contingente mexicano en Europa ha tratado de esforzarse y apurarse en las últimas semanas: Héctor Herrera, Andrés Guardado, Miguel Layún, Marco Fabián, Guillermo Ochoa, ‘Chicharito’ Hernández y Raúl Jiménez han tratado de ganar minutos competitivos. Eso, sin duda, le ayudará a ellos, a Osorio y al equipo en general.

Lo importante, tras las declaraciones ‘escondidas’ o ‘abiertas’ del señor Osorio, es que México llegue al Mundial con una actitud sensata de lo que realmente puede o no puede hacer en la cancha. Los futbolistas nacionales -en su papel- han dicho que aspiran a ser campeones del mundo. 

El entrenador que, algunas semanas antes enfatizaba que él no podría contradecir a sus jugadores, ha enviado un mensaje directo, con los tiempos correctos para que los futbolistas entiendan y acepten quiénes son, dónde están y hacia dónde pueden llegar. Lo demás dependerá de ellos mismos y del propio Osorio. 

El Mundial exigirá a tope. Y estoy seguro que, dentro de todo, este México tiene fundamentos como equipo. Deberá elevarlos al máximo nivel -como no lo ha hecho en casi toda la era de Osorio- si quiere sortear con éxito un complejo grupo. Y Osorio también, comprenderá, la responsabilidad de sus decisiones. 

Sobra recordar que de ambos, de lo que hagan jugadores y entrenador, estarán empeñadas las ilusiones de los millones de aficionados y hasta no aficionados mexicanos que se unen a la vorágine de una Copa del Mundo. Poner a México en su justo lugar antes de que lo haga Alemania, Suecia o Corea del Sur en pleno Mundial. Creo que eso ha intentado Osorio.

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