Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

El juego de los juegos

2020-03-06 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Aquella escena pudo haber marcado a toda una generación. El impacto del Tuca, la pantalla que hace Juan Carlos Vera y el balón que sacude las redes ante la inoperante estirada de Adrián Chávez. No recuerdo otra tarde tan feliz, tan completa, tan avasalladora, tan pasional y tan gloriosa en la historia de Pumas. No sólo habían ganado el título de la Liga en su estadio y ante su gente también, y lo más importante de todo, lo habían hecho ante su ‘odiado’ rival deportivo.

No sé qué tanto signifique para el jugador del América y para el americanista en sí, pero de lo que estoy completamente convencido es que para el futbolista de Pumas y para el aficionado de Pumas es el juego más importante de la temporada. Es un resultado y una actuación que no se cambia por nada. Es la oportunidad más sagrada que se tiene para sentir los colores azul y oro. El partido es más trascendente para Pumas que para el propio América.

Miguel González lo ha entendido desde los días en los que tuvo ocasión de jugar al futbol en México. Ha comprendido que el juego de hoy puede ser el punto de inflexión, el parteaguas de una temporada que ha sido positiva, sin llegar al convencimiento total. Pumas ha jugado bien por grandes momentos del campeonato, pero también ha pasado por sinsabores -la caída en la Copa ante Santos, la derrota contra Morelia en casa y la goleada ante Tigres del sábado pasado- no generan buenas sensaciones. Pumas puede y debe aprovechar lo que se le presenta para enfilar hacia el sitio donde se dirigen sus aspiraciones y la de sus aficionados. 

El principal problema del futbol mexicano -del que Pumas no es ajeno- es la irregularidad que muchas veces se confunde con el equilibrio y la competitividad que existe en la Liga. La famosa sentencia de que en México ‘cualquiera le gana a cualquiera’ aplica bien a lo que Universidad ha sido en los últimos tiempos. Míchel, en su segunda temporada formal, ha ganado adeptos importantes con el equipo.

Primero, Pumas juega con el espíritu, la garra que siempre ha caracterizado a sus colores, y segundo, cuenta con una idea de juego, basada en la velocidad, un futbol que prioriza el equilibrio, pero que es vertical, abierto, alegre y que ha vuelto a encontrar éxito en la resultante de la fusión del chico de casa, hecho en la cantera con el extranjero que se adapta a las condiciones que exige Pumas.

Pumas ha encontrado solvencia en la parte defensiva, empezando por el portero Alfredo Saldívar, quien fue despejando dudas sobre la búsqueda de un guardameta extranjero que alguna vez planteó la administración de Ares de Parga. Han conformado una buena pareja de centrales con Johan Vásquez y Luis Quintana, y la recuperación de Freire será oportuna para el resto de la temporada. Mayorga, procedente de la cantera de Chivas, se ha adaptado muy bien y el mediocampo se ha fortalecido con futbolistas como el joven Marco Antonio García y Sebastián Saucedo.

Adelante, Pumas tiene en el paraguayo González a uno de los más sólidos delanteros del futbol mexicano y la irrupción del argentino Juan Ignacio Dinenno ha sido por demás afortunada en goles y puntos conseguidos. Míchel y el presidente deportivo, Jesús Ramírez, han hecho un buen trabajo para poner sobre el campo un cuadro competitivo. Ahora -y como siempre- el futbol se basa en la constancia y en los resultados, y en escenarios ideales para mostrarlos como el que se le presenta esta noche. 

Un Clásico se vive, se concibe y se juega de forma diferente. Más allá de los momentos que viven ambos equipos, las cosas suelen equilibrarse en la cancha. El América viene herido tras un par de actuaciones poco convincentes, la última de ellas, una estrepitosa caída en casa ante el Necaxa. Miguel Herrera ha luchado contra la inconsistencia en la salud de su plantel, pero él sabe que esta clase de juegos se ganan, muchas veces, con algo más que recursos futbolísticos. Estoy seguro de que va a apelar a ello en el Olímpico Universitario.

El juego de esta noche es el ‘juego de juegos’ para los Pumas. El resultado ante el América puede enderezar de forma definitiva su campaña y enfilarle a los sueños de sus aficionados, pero también es un ‘peligro’, porque perder en casa ante el América supone un trance difícil de superar en lo anímico y en lo futbolístico.

Estaba justo detrás de esa portería -la sur, la de la puerta de maratón- cuando el disparo del Tuca estremeció el corazón de los aficionados de Pumas. Hubo un antes y un después de aquel gol, de aquel título, de aquella proeza en la tarde bañada por el sol del verano en el Pedregal. Pumas está contra la pared, es su noche, es su oportunidad, es su juego, ‘el juego de los juegos’, en el que tiene prohibido fallar.

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