El forcado...

Pedro Caixinha perdió lo último que puede perder un entrenador: la cabeza.

La muy desafortunada conferencia de prensa del portugués, el sábado en el Azteca, demuestra que la presión interna está agobiando al Cruz Azul. El equipo se ha metido en una buena racha (triunfos en Liga y Copa), pero juega a muy poco, a veces a nada, y lejos del estilo y formas que corresponden a un club de esas condiciones.

Caixinha dice que “le vale madre” lo que digan. Yo creo que el futbol del Cruz Azul 'valió madres' en la Final ante el América y que, si mantiene ese nivel y forma de juego, seguramente no le alcanzará para romper el largo ayuno que pesa sobre la institución celeste.

Está claro que el agónico triunfo de 1-0 sobre el modesto Tijuana, no convenció a nadie. José de Jesús Corona, el portero, fue la gran figura; el juego ofensivo del Cruz Azul dependió de un penalti cobrado por Elías Hernández y para acabar con el cuadro, el portugués Stephen Eustáquio, el futbolista que Caixinha había traído como refuerzo en lugar de Iván Marcone, en su presentación en la Liga salió con una grave lesión de rodilla que lo llevó al quirófano. Tres puntos amargos por donde se le vea para un equipo que sabe que las dificultades del torneo están por llegar y que sus rivales por el campeonato se han reforzado y en algunos casos se siguen reforzando.

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Caixinha debe entender, primero, dónde está parado. Cruz Azul es una institución seria y decente. Si él o Ricardo Peláez tienen la 'mecha corta', pues Billy Álvarez seguramente tendrá la 'mecha larga' y los llamará al orden.

Cruz Azul no está jugando bien. Le guste o no al señor Caixinha, debe mejorar el funcionamiento para así estar más cerca de la posibilidad de que no suceda lo que ocurrió hace poco más de un mes, cuando el equipo fue vencido de forma inexplicable (no jugó a nada) en la Final ante el América.

Siempre he pensado que Caixinha, además de ser una buena persona, es un tipo muy inteligente y capaz, pero un episodio como el del sábado no le queda ni a él ni a un equipo de los tamaños del Cruz Azul. Debe tener la cabeza fría. El periodismo puede hacer preguntas buenas o malas, profundas o superficiales, de buena fe o de mala, pero él siempre tiene que mostrar clase, personalidad y educación. No está en el ruedo de toros ni es un forcado para embestir la cornada. Es el entrenador del Cruz Azul.