Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

¿Continuidad?

2018-03-20 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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Es un hecho: Juan Carlos Osorio dejará a la Selección Mexicana de futbol una vez que termine su participación en el Mundial de Rusia. Se marchará junto con quienes lo han traído a la Selección: Decio de María y Guillermo Cantú.

Una vez más, los cambios a nivel federativo terminan teniendo una afectación directa en los planes de la cancha. Cualquier esperanza de una continuidad con el entrenador colombiano se ha quedado atorada en las decisiones político-federativas. Tan bueno o tan malo, como sea el Mundial de México, Osorio tomará sus cosas para explorar nuevos rumbos.

La verdad es que, en un momento dado, la continuidad, incluso antes de conocer los resultados de Rusia, había sido una tajante realidad para Osorio. “Sí, me lo han ofrecido”, me dijo el colombiano viéndome a la cara en enero pasado, en Medellín, cuando le pregunté si le habían invitado a prolongar su contrato. Cuando se le inquirió sobre si lo estaba tomando muy en serio, contestó que sí, pero que todavía no tenía un pronunciado definitivo.

Los últimos cambios en la ‘baraja’ federativa terminaron por arruinar cualquier posibilidad de una extensión en el contrato.

Es más, a nivel federativo, quien decidió que Yon de Luisa se transformara en el próximo presidente pretendía que la acción fuera inmediata.

El ‘castigo’ para Decio sería que ni siquiera llegaría al Mundial. Alguien —con mucha viveza— recomendó entonces que un movimiento brusco rompería la armonía alrededor del ‘producto’ más importante que tiene la FMF: la Selección Mexicana. Se acordó que Decio trabajaría hasta Rusia y que se le daría una salida digna a su trayectoria como presidente.

De Luisa llegará después del Mundial con un renovado equipo de trabajo alrededor del ‘producto’ que ha llegado para cuidar con más recelo: el equipo tricolor.

Entiendo que hay quienes querían esperar al Mundial para saber si valía le pena seguir confiando en el proceso de Osorio. Entiendo, también, que los resultados, hasta ahora, han quedado a deber. México no ha mostrado futbolísticamente el nivel que prometía la llegada del colombiano, pero también era plausible suponer que había llegado el momento de probar con una fórmula que jamás ha experimentado el futbol mexicano: la continuidad. Y Osorio era —o es— el personaje el ideal para confiar en esa continuidad. Un tipo honesto, profesional, serio, trabajador, disciplinado y que había generado la calma que México necesitaba después del peregrinaje dramático que significó la clasificación al Mundial de 2014 y el subsecuente escándalo extracancha que generó la era de Miguel Herrera como entrenador. 

¿Qué pasará ahora? Creo que Osorio tomará el rumbo que mejor le convenga. Él sabe que un Mundial bueno, más allá de los resultados, es un Mundial con un México competitivo. Y de ahí, seguro que le sobrarán oportunidades: Algún club en Europa o la selección de Colombia o hasta la de Estados Unidos. ¿Para qué seguir en un futbol donde no tienes la confianza del hombre que te trajo? ¿Para qué continuar en un futbol poco estable?

Al final del día, terminamos en la misma historia: me parece claro que en la Federación se vuelve a tomar una decisión más apegada en cuidar los intereses económicos que futbolísticos.

Para ‘ellos’, los verdaderos ‘dueños’ de la Selección, llegar al Mundial Rusia 2018 es cumplir con el negocio. Pensar en algún procedimiento o práctica para alcanzar el siguiente nivel deportivo no está en sus planes más urgentes.

Juan Carlos Osorio era una buena oportunidad para apostar por la continuidad en la Selección Mexicana. Han apostado, otra vez, por el dinero…

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