Opinión

David Faitelson

David Faitelson es dueño de un estilo duro, pero frontal al momento de dar opiniones, que incluso le han traído choques con algunas figuras.

Chivas no sabe qué hacer...

2019-04-02 | David Faitelson
DAVID FAITELSON
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José Luis Higuera va sentado unas filas más adelante de donde me encuentro yo en el avión con rumbo a Madrid. Es parte del contingente de directivos que asiste a la elección del Salón de la Fama del Futbol. Se le nota preocupado, impaciente. Había sido un largo domingo donde Chivas tuvo que admitir una realidad: afrontará muy pronto problemas de descenso.

"Nos tomaremos el tiempo que sea necesario", me dijo Higuera con respecto a la decisión del nuevo entrenador. "Hay un plan para cerrar el torneo y otro más para el largo plazo".

Chivas está analizando una lista de probables candidatos. En ella no están ni Juan Carlos Osorio ni Antonio Mohamed y sí puede que, dentro del plan para 'salvar' el campeonato, se piense en alguien como Tomás Boy.

El clamor popular señala en una dirección. Suena tan fácil como descabellada e improbable: lo mejor que le podría suceder a Chivas hoy es que Jorge Vergara y Matías Almeyda vuelvan. Eso, insisto, se dice fácil. El problema es lograrlo.

El tema de Almeyda es mucho más complicado de lo que parece. En Chivas no se le perdona que se haya ido por encima de la directiva en el delicado asunto de los adeudos, de un préstamo personal que habría hecho el argentino donde terminó colocando a los futbolistas contra los dirigentes.

Chivas está, otra vez, en un atemorizante panorama para los clubes de su alcurnia y tradición. Metido, inexplicablemente, en problemas de descenso. Ha superado las expectativas de la porcentual, ese sistema que justamente fue inventado para proteger a equipos como el Guadalajara de una mala temporada. Chivas se ha esmerado para regresar al sombrío de un club que aspira a salvarse y no a competir por el título.

Y la fórmula para volver a ese terrible escenario ha sido por demás sencilla: tomar decisiones directivas contrarias a las necesidades y a los intereses del club. Futbolistas que no debieron irse se fueron y un entrenador que no debió marcharse, también se fue o fue obligado a irse. En medio de ello, el rumor de que la entidad ha tenido problemas económicos y la 'misteriosa' desaparición del dueño Jorge Vergara. Todo cuenta para firmar lo que supone ser una hecatombe para el popular club y el problema es que puede ser aún peor.

José Saturnino Cardozo pagó los 'platos rotos' de una tercera derrota consecutiva -dos contra América y ante Pumas-, pero él no es el único culpable de la nueva crisis que afecta al llamado Rebaño Sagrado. Hay otros nombres que debieron haber tenido los 'pantalones' para aprovechar la coyuntura y ofrecer un 'mea culpa'. No lo hicieron. No lo van a hacer.

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Lo de Chivas es cíclico. Tras los graves problemas en la porcentual de hace un par de años, encontró en Matías Almeyda al personaje ideal que no sólo le devolvió al equipo una estabilidad, también la gloria de títulos de Liga, de Copa y de la Concacaf.

Es verdad que el actual deterioro comenzó con el propio Almeyda, pero también estaba claro que tenía la experiencia y el reconocimiento de los futbolistas para volver al sitio que le corresponde. Chivas empezó a caer en deudas, a vender futbolistas, mientras la figura de Almeyda crecía por encima de los dirigentes.

Vergara, el propietario, no estaba para cuidar al hombre que mejor manejaba los sentidos de la cancha. Y entre su inexperto hijo, Amaury, y quien aparece hoy como el 'chico malo de la película', José Luis Higuera, terminaron por enrarecer aún más el panorama y desperdiciar todo lo que el equipo había coleccionado tras su vuelta a niveles protagónicos.

Chivas nunca estuvo listo para cubrir la salida de Almeyda. Cardozo hizo lo que pudo. Algunos futbolistas no le respondieron y entonces el equipo dejó de competir en un futbol donde las reglamentaciones favorecían cada vez más al jugador extranjero.

Chivas no puede firmarlos -por un tema de tradición- y no tiene a los mejores mexicanos en su nómina. Los malos resultados son una consecuencia directa de ello. Parecía claro que, si bajaba los brazos otra vez, volvería a un mundo de incertidumbre.

El futbol mexicano entra en estado de shock cada vez que un equipo como el Guadalajara se aproxima a la zona del descenso. Las reglamentaciones del porcentaje fueron hechas para blindar esa posibilidad. La última decisión de la asamblea de propietarios ofreció, incluso, otra alternativa: la llamada 'Ley Guzmán' que le permite a un club descendido pagar seis millones de dólares para mantener la categoría. Si Chivas no mejora en el cierre del torneo, más allá de perderse por cuarta temporada consecutiva una fase de Liguilla -lo cual ya es inadmisible y vergonzoso para un club de su calibre- comenzará el próximo torneo en los últimos sitios del cociente.

Almeyda logró no sólo una idea de juego, también logró continuidad de resultados. Los futbolistas creían en él y él creía en los futbolistas. Se acopló maravillosamente bien a la filosofía del club. Hoy ha comenzado su trabajo en el Earthquakes de San Jose de los Estados Unidos sin mucha fortuna. Chivas lo extraña y yo supongo que él extraña a Chivas. El problema es que el hombre apropiado para arrebatarlo de la MLS y devolverlo a Verde Valle -de donde nunca debió irse- se llama Jorge Vergara y hoy no está para hacerlo...

La realidad es que Chivas está extraviado. No sabe qué hacer.

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