Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Un solo equipo

2019-02-19 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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En menos de cinco minutos, Chivas se dio cuenta que el Clásico del sábado era para lucir y ganar con total autoridad.

Un trabajo de presión muy alta a la salida del Atlas y un esfuerzo coordinado entre defensa y ataque hicieron del cuadro rojiblanco una maquinaria de intensidad, velocidad y presión.

Guadalajara brilló al máximo, disfrutando de uno de esos encuentros que para muchos se tienen que ganar como sea por la rivalidad y el orgullo; sin embargo, la escuadra de Cardozo se dio tiempo para convencerse de que la forma era importante y, por ende, borró a su rival del campo, debido a una ligereza física entre líneas y la extrema concentración durante 90 minutos para llevar hasta la orilla un choque que propuso ganar desde el primer minuto y que jamás se mostró esquivo o complejo.

Vega metió tres cuando antes no le había anotado a nadie, pero mostró madurez en el juego, hasta el momento, más importante en donde ha vestido la casaca a rayas.

El ex de Toluca, juega y deja jugar a los suyos, le arrebata presión a Pulido y eso de paso hace que el tamaulipeco relumbre, además tiene una extrema confidencia con Brizuela para jugar a un toque y sus paredes la noche del 16 de febrero fueron determinantes y bellísimas.

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Vega es una fábrica de pensamientos en pos del bien común y por inercia del beneficio propio al generar situaciones varias de cara a portería rival. Que el '7' de Chivas no haya marcado antes, era una simple anécdota y no quería decir que su desempeño fuera incierto; no obstante, muchos exquisitos se obsesionan con que un atacante moje e infle estadísticas cuando lo que tenemos enfrente es más que un simple hombre de área o un proyecto de goleador. Alexis, si lo toma con calma y naturalidad, puede ser un elemento muy importante a corto plazo en su club y a mediano quizá, por qué no, en Selección Nacional.

La escuadra de José Saturnino Cardozo de sopetón, por lo menos en el Clásico Tapatío, borró algunas dudas sobre su equipo, mostró una cara contundentemente llamativa que alimenta el ego de sus fanáticos cimentado en la posesión de pelota, la intensidad para ocupar y distribuir los sitios del campo pero sobre todo en la soltura y libertad que les da a los de adelante un tipo como Molina.

Hoy, Chivas goza y disfruta, ganó en la ciudad, pero lo más importante, triunfó en la credibilidad de que el proyecto al parecer comienza a tomar ritmo y forma.

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