Ser o no ser

La tormenta en Cruz Azul pareció ser pasajera y aunque el equipo está lejos de dominar su estilo como lo hizo en el curso pasado; el cuadro de Caixinha en tres semanas alejó culpas y se volvió a meter en zona de Liguilla.

La escuadra cementera no puede entrar en confianza ni pensar que ya está de vuelta para ser protagonista; sin embargo, ha dejado en claro que tiene suficiencia en su plantel como para no arrastrar prestigio e intentar soñar en cosas interesantes.

En poco tiempo parece que las nubes que enturbiaban a un plantel que se vio obligado a grabar un video afirmándole lealtad al técnico y profesionalismo al club, ahora se ha alejado de manera temporal hasta que llegue otro resultado adverso que reponga la presión en una institución que no puede controlarla en los momentos cumbre.

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El intento de conato con la prensa por parte del portugués fue simplemente un distractor para aflojar los lazos que amarraban cada vez peor a sus dirigidos. Hoy el Azul va encontrando un poco las maneras que lo hicieron caminar tranquilo en la campaña pasada.

Falta mucho pero este conjunto cementero es más cercano al que su pretenciosa plantilla desea ejercer en el campo que a la escuadra sin actitud ni formas que deambuló por las canchas hasta la mitad del presente certamen.

Cruz Azul de aquí al final caminará por esa cornisa que tantos les gusta y que ellos mismos han construido hace décadas. La eterna pregunta aparecerá con el correr de las semanas y ya la sabemos de memoria cuando más de uno se cuestione si ¿ésta es la buena?