Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Realidad o ficción

2017-12-04 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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Los pronósticos seguirán recorriendo todos los recovecos existentes entre los fanáticos del futbol sobre las posibilidades mexicanas en Rusia 2018.

Conforme se vaya acercando el evento de Rusia, la efervescencia y emoción suele hacer mucho más afectiva, emotiva y positiva la mente del connacional que sólo quiere lo mejor para la Selección, más allá de quién esté enfrente en un campo de juego.

Las vertientes son claras, por un lado estamos algunos que somos transformados en los nefastos negativos de la escena, que rozamos el concepto ‘antipatriota’ por ponderar más las virtudes del rival, y por el otro están aquellos que vanaglorian sin parar las bondades futbolísticas del Tri, a los que se les cataloga como ‘porristas’.

Por ello, cuando se acerque el Día del Padre, será el sentido de pertenencia y la imparable excitación mundialista la que piense que a Alemania se le puede ganar en un buen día sólo por el simple hecho de tenerlo, sin importar que los teutones son los grandes favoritos a la gloria suprema, a diferencia de lo que hoy, a siete meses del suceso, piensan que eso es una utopía.

Porque la pasión por el equipo mexicano no tiene bordes, se desparrama con la buena voluntad de verlos vencedores ante cualquier circunstancia; bajo muy pocas características de análisis, al final es pura y plena pasión por los colores patrios y a ellos se abrazan hasta que la muerte los separe.

Recuerdo salir del estadio de la gélida Rustenburgo en Sudáfrica 2010, tras la derrota de 1-0 contra Uruguay, misma que merodeó la eliminación azteca si Francia dejaba el boicot contra Domenech. Al final, el equipo de Aguirre no pudo contra los charrúas, situación que le habría dejado un cruce de Octavos de Final frente a Corea del Sur. Una Argentina invicta sería el próximo rival. Varios fanáticos mexicanos deambulaban afuera del estadio y cuando reconocieron a Jorge Campos y Luis García, nos preguntaron que con quién tocaba en la siguiente ronda. Se les dijo que ante los de Maradona. Ellos simplemente contestaron con júbilo y prontitud: “Les metemos tres”.

Ésa es parte de la fe casi ciega que el seguidor mexicano del seleccionado le tiene a su equipo. Esa noche africana no les importó el mal desempeño del cuadro tricolor contra el conjunto del ‘Maestro’ Tabárez, porque sólo pensaban ya en el siguiente partido y cómo México lo ganaría con autoridad.

Demostrando que la capacidad de reinvención del fanático no tiene límite.

Acá iremos de nuevo con los mil pronósticos pensando en quintos partidos y demás predicciones.

El hecho es que México puede calificar a la siguiente ronda del Mundial porque ante Suecia y Corea del Sur puede y debe competir por la victoria, cosa que contra Alemania debería pensárselo dos veces y no es por fomentar una mentalidad mediocre, sino más bien realista por la hipotética diferencia de goles que quizá se dé para definir al segundo lugar del Grupo F. 

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