Polvorín

Paco Gabriel fue contratado para hacer el trabajo sucio dentro de Chivas y sabedor de ello aceptó la oferta de un club en llamas.

Porque en el futbol mexicano justamente la posición de Gabriel de Anda, la utilizan como escudo los dirigentes de más alto rango, es decir, en la cadena alimenticia de la oficina “tú te irás antes que yo”. En pocas palabras, Paco adquirió un trabajo para cubrir en especie a Higuera y, por ende, a Vergara; de tal manera, la cara visible ante jugadores, cuerpo técnico y prensa debería ser él, siguiendo instrucciones que quizá no comparta, pero que debe mantener al pie de la letra.

Y así van las cosas, porque las papas arden en el Rebaño y Gabriel recibe la candela por todos los frentes, parte del empleo que acaba de aceptar.

Por lo pronto, dice y contradice a los medios ávidos de sangre con el asunto Almeyda, con el cambio de fecha de entrenamientos, con el “motín” de los jugadores, con las quejas públicas del aficionado, con los constantes rumores de la venta de jugadores experimentados, con los números que no cierran y con su conocida relación alrededor del apellido Hurtado.

Paco se metió en lugar que pensó sería un jardín de rosas, pero por el momento las espinas lo están destrozando. Veremos en qué termina la novela.