Mano dura

Gerardo Martino, desde el inicio, se sorprendió cuando la prensa le preguntó sobre la anarquía con la que se vive dentro de la Selección Mexicana de futbol. Dijo no estar enterado de los desplantes que más de un convocado generó alrededor del equipo nacional en los últimos años y fue tajante, en su momento, al referirse al tema y a no borrar a nadie de antemano.

Pues le llegó la hora de convocar a las 'estrellas' y una de plano no vino, mientras otra se bajó por un asunto de trámites migratorios. Eso sí, sorprendió no ver a Carlos Vela entre los llamados, puesto como el técnico no quería liquidar a nadie antes de tiempo, y con Carlitos jugando en su nivel, resultó extraño que no fuera citado cuando el delantero de Los Angeles FC, de la MLS, fue de los pocos a los que visitó el nuevo director técnico.

Conociendo las entrañas y los antecedentes puede ser que Vela, como lo hizo en infinidad de oportunidades anteriores, haya pedido no ser convocado y le concedieron sus deseos.

Después fue el mismo director técnico quien aseguró que todos los futbolistas, jueguen o no durante el 'Moletour' californiano, permanecerán concentrados sin derecho a regresar a sus clubes como varios 'europeos' solían hacerlo.

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Eso está por verse, aunque puede ser que muchos le tapen el ojo al macho queriendo mostrar una cara distinta a la que generalmente tienen. Porque no nos olvidemos que los que hoy dicen estar súper comprometidos con el Tricolor y a las órdenes del nuevo estratega, fueron los mismos que desdeñaron antes las convocatorias de Ferretti, por el hecho de que no le veían ninguna importancia ni seriedad al llamado.

Ojalá le dure y respalden la mano dura al Tata, porque además de nivel futbolístico, lo que necesita este grupo es disciplina y respeto a la camiseta. El problema es que Martino necesitará el espaldarazo de los mismos dirigentes a los que se les caen los pantalones cada vez que los jugadores, sobre todo los 'europeos', fruncen el ceño a su antojo.

El entrenador argentino, como cualquier otro que hubiera agarrado al combinado nacional, tiene como principal objetivo crear un cambio generacional contundente que demuestre fondo, forma, estilo, idea y disciplina, características ausentes en los últimos tres Mundiales jugados con la mayoría de los hoy todavía seleccionados.