Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Made in México

2019-12-03 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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El futbol mexicano es imprevisible, lucha contra toda lógica y muchas veces la termina eliminando. Pronosticar, vaticinar, predecir o adivinar los resultados es un acto heroico que combate cualquier argumentación fundamentada.

La Liguilla y ésta en especial, lo demuestra mejor que otras tantas que han esquivado también el sentido común, las estadísticas, los antecedentes y hasta el presente de las escuadras inmiscuidas en esta fase final.

Hace no mucho, Monterrey tiraba sus millones por la cloaca y hoy desde la penumbra y de la mano del viejo conocido 'Turco' Mohamed, resurge con una luz verdaderamente deslumbrante.

Monarcas, un equipo de bajo presupuesto se arrastraba en la fecha 5 precisamente tras perder ante el América y fue ahí cuando tuvo que llegar, tras sus pasos por el futbol argentino y chileno, un desconocido entrenador para el medio mexicano como Pablo Guede, y así potenciar el futbol y el orgullo de un equipo que parece transformado.

Necaxa se mantuvo estable en gran parte de la campaña y fue revalorando a varios elementos de su plantel que hoy amenazan con irse, pero parece que lo desean hacer con gloria arriesgando todo.

Mientras que América encontró su mejor versión en años durante el primer tiempo en el Universitario donde borró al campeón de la cancha.

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De nada sirve hablar de pasado reciente ni de números, porque ahora en Semifinales verdaderamente todo puede pasar. Quién puede garantizar algo más allá de la pasión o el gusto por una camiseta.

El balompié azteca está hecho de exotismo desde el mismo sistema con el que compite hace casi 50 años y que sólo le ha permitido a 27 por ciento de sus líderes de tabla general ser campeones en la ronda de Liguilla.

Justo o injusto, deportivamente hablando, el futbol mexicano se sostiene en las bases de las segundas oportunidades y en las de sorprender a más de un 'favorito'. Parece que eso lo hace sentirse vivo, más allá de que a varios el 'modus operandi' no les gusta porque se premia muy poco la regularidad de un club y se especula con el presente cada 180 minutos sin importar los precedentes.

Cuando la bocanada de dinero que invierten varios equipos, algunos al borde del despilfarro, parecía que se llevaría el intento de 'igualar' fuerzas, la refrescante y valiosa presencia de equipos como Monarcas y Necaxa aún dan esperanza a un balompié donde hace no mucho cualquiera podía ganar.

Esta Liguilla vuelve un poco al fundamento emocionante de ver a los candidatos o a varios millonarios contra las cuerdas y eso a mucha gente le gusta y bastante.

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