La revolución de Dante

No hace mucho tiempo Santos Laguna divagaba en una mediocridad inusual y hasta alarmante; fruto de la carencia de talentos propios y la venta de sus máximas estrellas en detrimento del espectáculo para la grada guerrera.

Cuando llegó Robert Dante Siboldi a manejar el primer equipo, sonaba más a un interinato, a un cambio desesperado para terminar como fuera una campaña y ver de qué manera se podría construir un futuro incierto.

Santos, sin el dinero de antaño, apuntó correctamente en contratar al ‘Gallito’ Vázquez, dicho sea de paso, un movimiento inefable de Chivas y un tanque de oxígeno para los de Torreón. A esta gran adquisición se sumó la del habilidoso Isijara que supo destacar en Necaxa de manera constante.

Dos toques para un cuadro que vivía por debajo de los esperado y a los que esta temporada se les añadió una versión poco explorada de Djaniny y la esperada recuperación futbolista de Furch, que hoy está muy cerca de aquella versión protagonista que vivió el Veracruz recién llegado al balompié mexicano, le han devuelto con un tono agresivo las tonalidades a Santos Laguna.

La serenidad desde la banca que le impregna Silboldi a sus dirigidos ha sacado, hasta el momento, lo mejor de un plantel que vive instantes dulces y que ya tiene los suficientes puntos para asegurar la Liguilla.

Restan cinco fechas y la revolución de Robert Dante entrará en la parte más delicada, esa donde no puede bajar el rendimiento colectivo, porque es ahora cuando los candidatos comienzan a afilar sus armas de cara al título y parece que Santos en un arranque de furia quiere ser uno de ellos. Veremos entonces.