La Liga Femenil, una grata sorpresa

La histórica primera temporada profesional del futbol mexicano femenil ha sido una agradable sorpresa en términos generales. 

Si bien falta que más equipos, patrocinadores y medios de comunicación se sumen al proyecto, que por ende provocaría mejores dividendos para todos y principalmente para las protagonistas del balón, podríamos decir que a simple vista el primer paso de la inclusión absoluta de las damas al otrora llamado ‘juego del hombre’, es un enorme avance para el deporte más popular del país. 

Da gusto ver el entusiasmo de las jugadoras y la cantidad de público que se ha dado cita durante todo el torneo.

Ojalá esta sea la primera de cientos de campañas por delante que ayuden al futbol femenil y que fomenten aún más la cultura deportiva en un país que tiene en las mujeres a sus mejores exponentes, y si no, veamos los últimos cinco Juegos Olímpicos y entenderemos
que de lo poco que se gana casi siempre es por la destreza, capacidad y fortaleza de las mujeres mexicanas.

Que resta mucho por hacer claro que sí, pero que el futbol nacional haya dado por fin este valioso paso es algo plausible y mejorable por todos lados, porque también ellas merecían tener un espacio de esta magnitud, y por qué no, en muy poco tiempo tratar de vivir de esta profesión deportiva. 

Ahora muchas chicas que buscaban el balompié con el valioso afán de conseguir una beca estudiantil para solventar una carrera universitaria tanto en México como en los Estados Unidos, también tendrán la opción, si así lo desean, de probar suerte en el ámbito profesional; de igual manera para todas aquellas mujeres que por azares del destino la vida les ha sido esquiva para seguir con sus estudios pero que gustan del futbol y desean compaginarlo con su día a día laboral, evidentemente también es un bálsamo y una válvula de escape. 

Espacios para el deporte, todos y siempre, y si son para las niñas y mujeres de este país, mucho mejor.