Fuera divas

La Selección Mexicana de futbol y en cualquier parte del mundo es un privilegio al que pocos pueden acceder; sin embargo, en nuestro país, ésta comienza a ser una moneda de cambio barata y sin sentido de pertenencia para algunos que se sienten estrellas y que, más allá de estadísticas, en muy pocos casos, individuales, no han logrado cosas verdaderamente destacadas a nivel mayor.

Que hoy no haya técnico definido en el Tricolor ha sido el vulgar pretexto que toman algunos 'europeos' para no venir y, aún más, denigrar los llamados y el valor de la camiseta, que para cualquier mortal es incalculable.

No es pecado no querer vestir la casaca mexicana, pero tampoco es un lugar de conveniencia y mucho menos de chantaje o comodidad.

Que un grupo de jugadores desde hace tres mundiales a la fecha hayan colocado valores entendidos internos equivocados, no puede, bajo ninguna circunstancia, pernear a las nuevas generaciones que vienen con ímpetu de querer ser dentro del equipo más importante del país.

Una vergüenza más será, si los federativos no vetan para siempre a todo aquel que no desee representar al conjunto azteca, anteponiendo sus intereses personales por encima de los comunes.

Esa es otra cuestión primordial para que el cambio generacional se haga en el equipo nacional. No se puede seguir solapando a jugadores que se han cansado de tener oportunidades vestidos de verde y lo único que han logrado es empantanar aún más el vestidor con sus posturas de diva y sus resultados inocuos en juegos de matar morir en competencias de alta gama.