Opinión

Christian Martinoli

Uno de los mejores cronistas deportivos en México, trabaja para TV Azteca y ha colaborado con RÉCORD desde 2010.

Disfrutando al francés

2019-05-23 | Christian Martinoli
CHRISTIAN MARTINOLI
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Tomás Boy es una leyenda viviente de Tigres, fue un mediocampista tan elegante que rozaba con su juego la arrogancia de tratar como el mejor a la pelota, pero además tenía gol, y mucho. Sus 104 anotaciones hasta la fecha siguen siendo una marca imbatible que tras décadas está a punto de caer. Y será, si otra cosa extraña no ocurre, tipo el caso Boselli en León, el francés André-Pierre Gignac quien ostente el sitio como máximo anotador en la historia del club de San Nicolás.

Está claro que de entrada la aventura del galo por tierras mexicanas parecía un atrevimiento con poco futuro; sin embargo, encontró un club perfecto y una ciudad a su medida para adaptarse tanto a sus usos y costumbres que hoy ya tiene pasaporte mexicano, es multicampeón, se ha vuelto una semideidad para la mitad de Nuevo León, un hombre de respeto para la otra mitad y un detonante en la Liga MX, gracias a su calidad y entrega.

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No sabemos cuánto tiempo más estará Gignac en México, quizá encuentre el refugio suficiente para alargar su carrera y retirarse en estas tierras, lo que es un hecho es que sin duda su paso por la competencia nacional no deja a nadie indiferente. Temperamental, intuitivo, poderoso, generador de esperanza y un hacedor de ilusiones que tiene vuelta loca a toda una afición. Paradójicamente a veces es el mismo sistema de juego de los felinos el que provoca que el exfutbolista del OM, no ensanche sus estadísticas goleadoras en pos del sacrificio físico que realiza por recorrer más metros en el campo tomando en cuenta que Tuca siempre organiza y prioriza sus equipos de atrás para adelante. Sin olvidar también que si sus compañeros, sobre todo los volantes ofensivos por los costados, fueran más certeros en el porcentaje de centros que le envían, Gignac tranquilamente estaría por encima de los 150 goles. Pero aquí le tocó jugar, así lo eligió y la verdad no se equivocó, acertó en todo y un jugador como él hay que disfrutarlo independientemente de los colores que uno tenga en el pecho.

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