Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
Sirve más al América
Pumas revivió el Clásico Capitalino. Ya era monótono. Acumularon 11 eternos duelos sin vencer al América, incluida la humillación en Liguilla. El dominio de las Águilas necesitaba esta sacudida, como cualquier gran rivalidad. Tuvieron que pasar tres años y dos meses para cantar el 'Goya' ante el antagonista deportivo.
La victoria les sirve para embriagarse de gloria, pero la cruda amenaza con volver casi de inmediato. Para el Club Universidad y sus seguidores es quitarse el zapato del cuello, tomar oxígeno. Fiesta de domingo. Quizá lunes en la oficina o en la escuela. Nada más. Una golondrina no hace verano, pues volverá la respuesta soberbia del americanismo de muchas formas y un único argumento: es apenas una victoria en un océano de dominio emplumado.
Hace falta para que este Clásico salde las deudas adquiridas por Pumas recientemente. Para América es un golpe de realidad, un baño de humildad que los hará más peligrosos. Es la primera derrota de estas Águilas en 20 partidos Clásicos, incluidos los duelos con Cruz Azul y Chivas. Era necesaria. Acaban de hacer enojar al Campeón.
Al equipo de Herrera le sirve para evitar triunfalismos, para analizar y reconocer las áreas de oportunidad, que hay varias.
De entrada, jamás debió iniciar Nico Castillo, ni jugar tanto tiempo. Lo mejor que hizo el chileno fue al minuto 53, cuando cayó derivado al entrar al área sin balón, una falta que debió ser penalti, pero ni el auxiliar ni el central se percataron. Fue lo más peligroso en su regreso a Ciudad Universitaria. No logró ser ni la sombra de aquel depredador auriazul. Se precipitó el Piojo. Se diluyó Nico.
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EL TAPATÍO SE HUNDE
En cambio, Atlas permite que agonice la rivalidad ante Chivas, que se extrañen los grandes partidos entre los más populares de Guadalajara. Hoy se antoja más un Clásico Norteño que el Tapatío. Y es responsabilidad de los Zorros, que han sido víctima una vez más. Se necesitan dos contendientes, pero en la Perla de Occidente sólo hay uno. Es una pena.
