Opinión

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

Pumas se desmorona

2020-06-22 | Carlos Ponce de León
CARLOS PONCE DE LEóN
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Cuando Barrera llegó a Pumas, la oferta de los universitarios no podía igualar a lo que le entregaba el poderoso Monterrey en 2016. Pero hubo creatividad para solucionarlo. Pablo, que ya había perdido la titularidad en Rayados, se sentó con Ares de Parga para escuchar la realidad: el Club Universidad no podía pagar ese monto a un futbolista que no fuera estelar, así que el presidente le propuso una base de sueldo, pero que se completaría con minutos jugados y otros medidores. Es decir, dependía del futbolista formar un buen ingreso: si era realmente relevante para los felinos, el equipo de la UNAM haría el esfuerzo. Así llegaron a un acuerdo.

Cuatro años después, Barrera no sólo se volvió titular indiscutible y capitán de los Pumas, sino su jugador más valioso a la ofensiva, incluso líder de la Liga MX en generación de peligro. A sus 33 años. La apuesta se ganó, la inversión redituó y con creces. Sin embargo, a pocos días de que se acabara su contrato, la actual directiva le anunció que no podían seguir con su salario. Les faltaron ideas para retenerlo. La desesperación nubló al alto mando del club y dejaron ir a Pablito, aun cuando el atacante accedió a rebajar su sueldo a la mitad. ¡A la mitad!

El excapitán recorrió la mitad del camino, pero la directiva se quedó en su orilla, paralizada. Con esa falta de capacidad para solucionar los problemas financieros, viene una avalancha de caos con el resto de la plantilla. Es inminente que se quedarán muy lejos de los objetivos, de poder mantener un equipo ya no competitivo, sino medianamente sólido para este torneo.

Desesperación por pagar 150 mdp
El problema de Pumas tiene número: 150 millones de pesos, la proyección de los compromisos económicos para este segundo semestre. Faltan respuestas, y se agrava la situación con cada nuevo día sin futbol en la contingencia. Así que la directiva recurre a una medida desesperada: sacrificar más los sueldos de los futbolistas. Es una respuesta ante la limitada capacidad para salir adelante.

Leopoldo Silva, el presidente del Club Universidad, no tiene participación en las negociaciones, es una mera figura decorativa en el conjunto auriazul, impuesto por el rector Graue, cuya principal virtud es mantener la comunicación con el equipo. Los operadores son dos: Jesús Ramírez, la cara visible, presidente deportivo, y José Remírez, un administrador de amplia experiencia en otras organizaciones más encaminadas al espectáculo, como CIE, y que llegó a Cantera con Ares de Parga. Pero ninguno ha encontrado las respuestas adecuadas.

Los otros grandes, como los regios y algunos otros de media tabla, tienen estructuras suficientemente fuertes para encarar el temblor, pues aunque crujen y se mueven, se mantienen y trabajan en apuntalarlas. Pumas se mantiene con palillos. Es un castillo de naipes en la tormenta.

Es tan grave el problema financiero en el conjunto auriazul, que la semana pasada le mandaron el mensaje al plantel, como hoy reporta Karla Uzeta en su Informe: no hay dinero y la nómina de futbolistas y cuerpo técnico representa casi 60% del gasto, así que encontraron una única salida: bajarles aún más el sueldo, pero no diferido, sino de base en un nuevo contrato. Y está hecha la advertencia para quien no lo acepte, la puerta estará abierta de par en par. Duro panorama. Desolador.

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Hay enojo y desconcierto
El plantel está confundido. Les puedo contar que la salida de Barrera la vieron como una trampa por parte de la directiva: a Pablo le avisaron sobre la hora la situación de Pumas, los problemas para pagarle, con muy poco tiempo para la negociación, con ganas de que pasara lo que al final sucedió, que al jugador no le quedara más remedio que salir. Me dicen que sienten a Chucho Ramírez muy alejado y que Remírez es directo, sí da la cara, pero sólo para plantear los problemas. Silva no se mete. Y así, los foráneos están molestos desde que no permitieron que tuvieran contacto con sus familiares en el extranjero y que ahora les vuelvan a tocar el bolsillo es el extremo; los mexicanos de más experiencia han protestado y buscan hablar con la directiva, pero sus palabras no tienen eco y a los juveniles no les quedará otra más que apechugar el terrible momento. Esta semana vienen las pláticas con cada uno. Pumas tendrá que ser más inteligente para que el equipo no termine por desmoronarse por completo.

SE TENÍA QUE DECIR...
La Liga de Expansión se ha tardado demasiado en tener una definición, el equipo que lidera Enrique Bonilla fue incapaz de dar solución a todas las preguntas que plantean los participantes. Ya hay 18 equipos, dos filiales y uno nuevo, más los tres de Segunda y los 12 del Ascenso; sin embargo, no todos están contentos y esto es un nuevo tache a la gestión de Bonilla.
...Y SE DIJO.

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