No todo lo que brilla es oro

Quien haya visto el Haití ante Bermuda es un héroe. Quizá sea más valiente aquel que se atreva a explorar el Curazao contra El Salvador de hoy. ¿O será el que se aviente los 90 minutos del Trinidad y Tobago frente a Guyana? Un monumento para aquel que vea todos los partidos de la Copa Oro. Yo pongo la primera llave.

El torneo de selecciones de Concacaf existe cada dos años sólo por negocio. No hay más, no hay justificación deportiva que lo respalde, sólo lucrar con la nostalgia de los paisanos que tienen una oportunidad de ver a su representativo nacional contra quien sea. Especialmente está fundamentado en el Tri.

Con su asombrosa brillantez y contundencia al hablar, Gerardo Martino ya expuso su opinión de que sería mejor jugar una Copa América, pero entiende que el negocio manda y acepta el reto de tratar de sacar el máximo jugo a su Selección en Copa Oro. El Tata sigue sumando puntos ante todo mundo, excepto ante los directivos que preferirían que hablara menos.

Como ante Cuba, cuando le toque a México otro rival de tan pobre nivel, debe aprovechar, no hay espacio para tocarse el corazón, sino para comprometerse con la profesión y con el mismo enemigo en el campo para exigir a sí mismo la máxima entrega. Si son seis, ocho o diez goles, se debe buscar el tope de rendimiento.

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Ojalá los directivos de las televisoras, del organismo que rige la zona y de nuestra federación hicieran lo mismo, que se exigieran al máximo para buscar el beneficio de la zona, no sólo enfocado en sus bolsillos, sino en el desarrollo deportivo.

ALIMENTAMOS A AMÉRICA
Mientras nos chutamos la Copa Oro, en el Cono Sur se llenan de futbol con representantes de Liga MX, el campeonato local que más aporta al certamen de Conmebol, por encima de Liga española y Serie A italiana.

Además, el América es el que más aporta, empatado con el francés PSG, a la justa de selecciones más importante del continente. Para aquellos que aún ven corto al plantel de Coapa.

Esto no lo entendió el argentino Iván Marcone, por ejemplo, quien huyó de Cruz Azul para refugiarse en Boca Juniors y buscar desde ahí un llamado a su selección. Quizá por televisión vio el golazo del americanista Roger Martínez con Colombia o al otro águila, Guido Rodríguez, jugando como titular en su posición con la Albiceleste.

Vaya fortuna para las selecciones invitadas, como Qatar, que puedan tener partidos oficiales contra equipos sudamericanos, como el de ayer contra Paraguay, que le aportó mucho más en la preparación de cara a su Mundial que haber enfrentado a un equipo como Cuba.

SE TENÍA QUE DECIR...
Hay resentimiento en Sudamérica hacia Estados Unidos, y con México por añadidura, después de que el gobierno gringo destapó el ‘FIFA Gate’, que incriminó a directivos del Cono Sur, y se mantiene un alejamiento con las federaciones norteamericanas; por tanto, no se ve pronta una invitación a jugar de nuevo al Sur. Una lástima.
...Y SE DIJO