Opinión

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

La pelota sí se mancha

2018-09-24 | Carlos Ponce de León
CARLOS PONCE DE LEóN
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El calificativo de ‘mejor afición’ no es el adecuado. La de Monterrey es la más intensa, eso sí, no hay duda. Su fervor alcanzó a desbordarse en el Clásico Regio, a un nivel sangriento, intolerable: un aficionado de Tigres fue golpeado, ‘picado’, y terminó en el hospital peleando por su vida. Sólo por traer un jersey con colores contrarios. El partido lo perdimos todos desde antes que rodara el balón.

Animales sin correa con playeras de futbol, primero aventaron el auto a seguidores rivales y después alcanzaron a un desafortunado que pagó con sangre tener menos velocidad.

El partido se jugó. La Liga MX pidió a las autoridades atrapar a los culpables, pero el duelo estaba en marcha. Los clubes no emitieron postura, pues el cotejo ya se había disputado. Los que veíamos el juego, seguimos a distancia los reportes inmediatos en redes sociales, atónitos por la imagen del aficionado tumbado en la calle, sobre su sangre, con los pantalones abajo y el jersey subido, dejando ver la herida que le provocaron. Y aun así, el partido se jugó.

La indiferencia de la FMF, Rayados y Tigres es escalofriante. ¿Con cuántos heridos de gravedad se detiene a la maquinaria futbolera de hacer billetes? ¿Cinco, diez, cincuenta?

Lo cierto es que se vuelve a perder una oportunidad de hacer un llamado a la parte más extrema de las aficiones de los clubes en nuestro país, con un mensaje antes del partido o al intermedio. Una advertencia efectiva, que amenace los intereses de los más bárbaros. Difícil, no imposible.

Tenemos que hacer algo más, Liga MX. Acciones, no tweets. Rayados y Tigres, éste es ahora su partido más importante.

Frustración explosiva

La felicidad la pueden experimentar en toda su intensidad sólo los que han vivido grandes altibajos, porque la vida es un juego de contrastes. Y vaya que las aficiones de Monterrey saben lo que es sufrir en la parte más baja. Es la enseñanza del pozo: a veces hay que tocar fondo para entender la grandeza del cielo.

Pero rozar el fondo constantemente también acumula frustraciones. Jorge Valdano reflexionaba sobre la violencia que su crecimiento se da en proporción a los fracasos que se amontonan en la vida cotidiana.

Y vaya que Tigres y Rayados saben de los sinsabores del futbol, de tener rachas largas de fracasos y decepciones deportivas. Es apenas en las últimas dos décadas que lograron transformar su presente con éxito, con títulos. Pero seguro estoy que aún hay muchas espinas clavadas.

En especial hay frustración del bando rayado por el Clásico Regio en la gran Final, que le ganó Tigres a Monterrey en el BBVA. No creo que sea coincidencia que el que atacó tenga rayas blancas y azules y el infortunado sea felino.

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