Opinión

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

La emoción rebasó a la realidad

2018-01-22 | Carlos Ponce de León
CARLOS PONCE DE LEóN
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La expectativa fue demasiada. El Clásico se quedó corto y fue rebasado por la emoción. Nos deslumbramos con el inicio de Pumas en la Liga y con la inercia del América en el Clásico Capitalino, y nos quedamos con ganas de mucho más en Ciudad Universitaria.

Rebasó la emoción a la tribuna local, que lució un mosaico que prometía, pero terminó criticado por tener el único tono prohibido para un puma: amarillo en lugar de oro.

Quedó rebasado Patiño, que pecó con el planteamiento conservador del primer tiempo. Barrera entró en el segundo lapso para cambiar la dinámica, pero fue demasiado tarde.

También fue rebasado el Piojo, confiado para el segundo lapso, en el que se durmió su equipo y por poco le sacan el partido.

De lo peor, el árbitro Santander, rebasado por el nivel del partido, por la exigencia, que no supo reconocer un manotazo de Uribe y después expulsó al americanista por una chilena que bastaba ser sancionada con amarilla, entre otros detalles finos que perdió en el partido.

Y la organización del Olímpico, rebasada al inicio del juego, cuando en la parte baja del estadio se aglomeró la gente en un aparente sobrecupo que después se pudo controlar recorriendo a la afición hacia los huecos que se dejan por seguridad.

Quedó rebasado un duelo de antagonistas que debía salvar una jornada con tres empates sin goles, insulsos partidos. Al final, aunque de mejor sabor, agregó la cuarta igualada sin anotaciones.

El Clásico se durmió como la liebre, y la emoción, que nunca aflojó la marcha, paso a pasito lo rebasó. 

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