Opinión

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

Elijamos la emoción sobre títulos y dinero

2020-09-14 | Carlos Ponce de León
CARLOS PONCE DE LEóN
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“La recompensa está en los títulos y en el dinero, es cierto, pero hay un tercer elemento de un valor incalculable”, reflexionaba Marcelo Bielsa, con esa sabiduría futbolera que nos abre los ojos a los mortales que intentamos analizar lo que sucede en nuestro deporte favorito.

“Y no necesariamente es consecuencia de los títulos y el dinero, que es la capacidad de provocar emociones que establezcan un vínculo entre un equipo y su afición. Si uno ganara dinero y ganara títulos, y no pudiera disfrutar de este puente, este oficio no valdría la pena”. Palabra del Loco.

El técnico argentino del Leeds United, que en su regreso a la Premier League y ante el campeón este fin de semana volvió a elevar las sensaciones de los que apreciamos el futbol espectacular, añadía: “Revaloro al público, que es el que construye las emociones cuando el mensaje viene de los futbolistas que visten el escudo que aman”.

Tres valores fundamentales en la industria profesional: títulos, dinero y emoción. Combinación complicada de lograr, y que en nuestra Liga MX escapa en trío a todos nuestros equipos.

Los jugadores del León y su técnico, Nacho Ambriz, han logrado capitalizar el rubro de provocar las mejores sensaciones, de tender ese puente con la afición aunque no sea de La Fiera. Qué forma de jugar. Le falta otro campeonato y tener mejores recompensas financieras. Pero es el más cercano en alcanzar los tres.

Pumas y Lillini también está en camino a lograr esa combinación, pero a un paso más lento y más lejos del objetivo. Ya recupera algo de juego que provoca, el que enchina la piel. Es a cuenta gotas. Tiene que ver más la menospreciada suerte, esa que causa ronchas a la afición cuando se hace referencia ha sido parte fundamental del paso invicto, pero es la realidad. A veces se olvida que la buena fortuna se trabaja, se busca, no llega sola. Al menos los dos últimos goles de la UNAM de ayer lo vuelven a ratificar, jugadas que sin estrella no suben al marcador. ¿Vendrán los títulos y la recompensa financiera? Yo lo sigo dudando. Veamos si los felinos me cierran la boca. Ojalá.

América tenía la fórmula, estaba por los tres, pero le faltan las estrellas, aunque las pelea constantemente con la dirección del Piojo. Lo peor es que hoy ya le falta esa emoción, se le ha escapado la chispa. Herrera lo sabe, está preocupado por mantenerla, por que sea constante, pues aunque es el equipo más goleador y el que más remata, son grandes lagunas de juego gris, sin filo.

Para Cruz Azul es más evidente cuál de estos tres factores le ha hecho falta: los campeonatos, en especial del de Liga, pero el dinero y la emoción están. Nunca han faltado. Con Siboldi tampoco. Si lo mantienen, al final caerá esa anhelada Novena por su propio peso. Es inminente.

De los grandes, Chivas es el que está más lejos de tener la combinación, pues no luce como contendiente a la corona, y aunque recupera puntos para meterse a una Liguilla que se acostumbró a no contar con su presencia, su juego no hace vibrar. Al menos ya tienen a un técnico en Vucetich que se acostumbró a conquistar trofeos.

Los regios, por ejemplo, han decidido irse sobre dos objetivos: dinero y títulos. Han sido exitosos en ambos durante la última década. Pero cómo les falta esa capacidad con Tuca y Mohamed de hacer vibrar a la tribuna; capturaron por geografía a los aficionados de su zona, pero no tienen admiradores de la calidad de su juego fuera de su comunidad. No provocan.

Lo ideal es emoción, títulos y honorarios”, remataba Bielsa, “y si tuviera que elegir sólo a uno de los tres, elegiría las emociones, porque son las insustituibles”. Hagámosle caso.

SE TENÍA QUE DECIR...
Para que valga la pena abrir los estadio de la Liga MX, al porcentaje que sea, necesitamos entender que tenemos que dar espectáculo, ¿o quién se va a atrever a pararse en la casa de su equipo? ¿Quién se va a arriesgar? Hay que convencerlos con mucho mejor futbol.
...Y SE DIJO.

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