Opinión

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

Aprendemos a jugar con fuego

2020-06-08 | Carlos Ponce de León
CARLOS PONCE DE LEóN
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Las soluciones a los problemas de la contingencia van apareciendo, pero están más cargados al lado del negocio que a lo deportivo o lo social. Cancelar el torneo pasado era necesario, ahora se buscan más partidos en Liguilla para que la máquina empiece a caminar cada vez con mayor velocidad, también los contratos de televisión, de patrocinadores y con jugadores se van reestructurando. Por ese lado, la Liga MX está mostrando capacidad.

Sin embargo, quedan pendientes. El primero tiene que ver con el control sanitario. Ya con luz verde de gobierno para jugar a puerta cerrada aún con el semáforo en rojo, salta la gran pregunta que esto plantea: ¿Está preparada la Liga MX para que ruede el balón en pleno pico de la contingencia, tiene lo necesario para que no se torne en tragedia el riesgo de salud que se está corriendo?

Esta semana se presentará a los equipos el protocolo aprobado por las autoridades de salud del país, cuya base es lo que hizo la Bundesliga para tener la luz verde del gobierno y volver a la cancha. Con todo lo que implica tener los recursos de una nación de primer mundo y con alto índice de civilidad, aún así los germanos tuvieron complicaciones.

De entrada, vimos en la operación de los partidos lo que hay que seguir, desde cubrebocas hasta festejos alejados, desde limpiar el balón cada vez que sale hasta la banca en la que los suplentes deben mantener distancia, incluso en las entrevistas después del juego se ocuparon nuevas herramientas para mantener el micrófono cerca del futbolista, con el entrevistador separado.

Y un sinfín de ejemplos que tuvieron errores al principio y algunos fueron corregidos.

El otro problema es el que más preocupa: que los involucrados acaten las reglas. Un gran ejemplo sucedió la semana pasada en la Bundesliga con el Borussia Dortmund, que tuvo a un grupo de jugadores con la visita de un peluquero por su alta necesidad de un corte de cabello. La Liga impuso multas a Jadon Sancho y Manuel Akanji, ninguno usó mascarilla protectora en la visita, como mostraron fotos en redes sociales. Otros, como Raphael Guerreiro, estuvieron también en la sesión. “Está claro que los jugadores profesionales también tienen que cortarse el pelo, pero eso debe ocurrir siguiendo las normas de higiene. El club les había dado las facilidades para hacerlo”, lanzó la DFL. Y eso fue en Alemania.

¿Qué pasaría en México con los futbolistas que se salten las reglas sanitarias? Porque va a suceder, de eso nos dimos cuenta durante la contingencia con casos de sobra, desde los jugadores de Pumas que a la semana de mandarlos a casa se pusieron a jugar padel como si nada, hasta las fiestas de Jonatan Orozco y Chofis López o el paseo en familia y amigos del Toluca, encabezados por Felipe Pardo. Estos sonaron porque fueron ventilados, por fotografías en redes sociales, pero seguramente hubo más.

Elevo la pregunta a otro nivel, ¿estará preparada la Liga MX para sancionar aquellos casos que incurran en romper las reglas sanitarias durante el retorno a la nueva normalidad? ¿Tendrá los suficientes pantalones para castigar y sentar precendente a fin de mantener el control higiénico que no convierta a esta solución de industria en una tragedia? Yo lo dudo.

El ejemplo más claro de que faltan reglas y firmeza para aplicar es el caso de Renato Ibarra, acusado de violencia familiar y exonerado después por su expareja, a cambio de estabilidad familiar. Será libre al final, así lo dicta la ley. Sin embargo, nuestro torneo tembló ante la posibilidad de tener a un golpeador sentenciado, pues no existen protocolos ni pautas a seguir en estos casos, cuando es un requisito básico para cualquier Liga que se precie de ser profesional y de alta categoría.

Si en esos casos más complejos y previsibles no había preparación ni rigor para actuar conforme al sentido común de un campeonato responsable, en una situación nueva como la que hoy atravesamos y con mayor falta de conciencia, no confío en las capacidades y criterio de nuestra Liga MX para mantener la situación en control.

Confío en la capacidad para encontrar respuestas al problema de negocio de la industria, de eso no tengo duda; sin embargo, para los otros dos aspectos, lo social y lo sanitario, tengo serias dudas de que los organizadores de nuestro balompié profesional sepan conducirlo por el camino correcto. Espero que me equivoque.

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SE TENÍA QUE DECIR...
Como en muchas Ligas, la nuestra tiene como reglamento no permitir manifestaciones políticas; sin embargo, y ojalá que suceda, podemos ir pensando qué harán en caso de que algunos futbolistas apoyen la protesta que demanda la ‘Justicia para Giovanni’. Ya no me meto en el caso de George Floyd y los reclamos por detener el racismo en Estados Unidos y su repercusión mundial, que también es válida. Espero que nuestros jugadores centren los reclamos en lo que sucede en nuestro país y también pidan por la equidad social que tanto necesitamos en casa. Y si el corazón y la razón iluminan a nuestros jugadores, con un reclamo en la cancha, ¿será capaz la Liga MX de omitir la sanción, como ya lo hicieron otros torneos, ante el señalamiento en forma de protesta de un problema que aqueja a nuestro país? Espero que así sea. Espero.
...Y SE DIJO.

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