Opinión

Alfonso Morales

El Doctor comparte en RÉCORD toda la experiencia y conocimiento que lo hacen la gran autoridad en boxeo y lucha libre.

Julio César Chávez

2018-03-17 | Alfonso Morales
ALFONSO MORALES
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Los boxeadores mexicanos se caracterizan por la energía, la garra, los tamaños y la combatividad.

Siempre he dicho que los boxeadores para sobrevivir en un mundo donde la competencia es mayúscula, tienen que tener como primera característica, el hambre, las ganas de salir adelante ante un economía familiar que no siempre es la idónea. Julio es un ejemplo de garra, agallas y hambre en el pugilato rentado.

‘Azabache’ Martínez.

Menciono a Mario ‘El Azabache’ Martínez porque para Julio es un antes y después en su carrera.

Llegaba el 13 de septiembre de 1984, el lugar era el Auditorio Olímpico de Los Ángeles, en California, y el nacido en Sonora llegaba como un peleador más para llenar la foja boxistica del campeón, pero esa tarde las cosas fueron distintas.

Sorprendentemente Chávez noqueó a Mario en el octavo episodio y se convirtió por primera vez en Campeón del Mundo en la categoría de los Súperpluma. De ahí, su legado creció y se convirtió en la hoy leyenda viviente que conocemos.

Siguieron grandes batallas y récords mundiales, como cuando enfrentó en el Estadio Azteca a Greg Haugen, donde previamente las famosas ‘Tropicosas’ cantaron y la gente casi hizo que se bajaran porque ya les urgía ver pelear al gran ídolo.

El mejor.

Es difícil señalar a un solo Boxeador mexicano como el mejor de todos los tiempos cuando tenemos a grandes figuras como Ricardo ‘Finito’ López, Rubén Olivares, Juan Manuel Márquez, Marco Barrera y decenas de enormes peleadores, pero yo, que tuve la fortuna de narrar prácticamente toda su carrera, consideró a Julio el mejor mexicano de todos los tiempos.

Su forma siempre frontal, aunado a sus cualidades naturales, lo convirtieron en uno de los mejores del orbe, juntos con hombres de la talla de Ali, Roberto Durán y Tyson.

Empresario.

Ayer, por los rumbos de Polanco, Julio se unió a un grupo de empresarios para abrir su estudio de boxeo, hecho el cual aplaudo, ya que una figura deportiva de ese tamaño merece eso y más.

Es un lugar para entrenar de forma mixta, con costales, donde no hay necesidad de recibir golpes, sino combinar el ejercicio boxistico con ejercicios funcionales para tener una buena definición muscular.

Será un éxito, lo aseguró, ya que el boxeo lleva mucho tiempo de moda en los gimnasios y, si a eso le sumamos la marca Julio César Chávez, qué mejor combinación.

Conclusión.

Desde estas líneas felicito a Julio porque ha sido un ejemplo tanto deportivamente como de superación a un mundo de tinieblas, como lo son las drogas.

No es fácil rehabilitarse y cambiar, los más agradecidos son sus familiares y los fanáticos. Me es grato ver a Chávez en programas de televisión, en transmisiones de boxeo y ahora como empresario.

Mis respetos al que siempre he dicho es ‘el más grande’, que por cierto también tiene dos clínicas de rehabilitación donde atienden a casi 100 personas en Tijuana y en Culiacán. ¡Abrazo, mi querido ‘Cacho’!

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