Opinión

Alejandro Molina Bortoni

Experto en psicología y desarrollo humano que trabajó con la Selección Mexicana durante el proceso de Ricardo La Volpe. Molina llevará los lectores todo lo relacionado a la psicología y el deporte.

No será en casa

2018-11-29 | Alejandro Molina Bortoni
ALEJANDRO MOLINA BORTONI
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Nuevamente la violencia afecta al futbol profesional. Los argentinos no pueden juntar a los hinchas de River y Boca. Se ha llegado a una situación que simplemente un país no puede manejar; no pueden correr el riesgo de esta exacerbada situación de violencia. ¿Existe solución al tema? Comparto algunas reflexiones desde la perspectiva de esta columna. Aprendamos de ellos para que esta situación no suceda en México.

Sigo pensando que las barras requieren evolucionar o van a desaparecer como fenómeno social de apoyo a los equipos de futbol. Están generando situaciones de crisis en las sociedades a las que pertenecen. Por supuesto que no estoy proponiéndolo, pero si siguen así, tendremos una tragedia de dimensiones mayores. No lo permitamos, prevengámoslo y tomemos cartas en el asunto como mexicanos. Es necesario el diálogo y generar propuestas para contener de forma positiva tanta energía. No permitamos el fanatismo, manifestarnos como seguidores con la camiseta puesta, dista mucho de la agresión.

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No esperemos una tragedia como la de Hillsborough en 1990, en la que hubo 96 muertos y que obligó a Margaret Tatcher a tomar medidas extremas para minimizar la violencia.

He escuchado opiniones acerca del tema de aplicar consecuencias a los responsables de los desmanes y estoy de acuerdo que son necesarias; sin embargo, el liderazgo y la contención desde dentro de las barras puede ser una alternativa aún más poderosa. Es un proceso educativo.

Sin duda, el tema de evitar la violencia comienza en casa. Erradicarla implica aprender a manejar las cargas emotivas, cero tolerancia a la agresión física. Hay que verbalizar cuando estamos enojados para evitar consecuencias mayores, canalizar la energía de ataque de forma creativa: corriendo, mojándonos la cara, alejándonos de nuestros seres queridos para evitar dañarlos. Hay que aprender a decodificar la agresión que recibimos, no conectarnos con cualquier persona que venga enojada y dejarla pasar. Modelemos en nuestros hijos la no violencia.

“Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito”.

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