Opinión

Un tobogán infinito

2019-09-26 | ALBERTO BERNARD
ALBERTO BERNARD
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Mito: Chivas está jugando bien y los resultados no llegan.

Realidad: El Rebaño no tiene capacidad de reacción y sus constantes errores los están pagando muy caro.

En el Apertura 2019, el Guadalajara, en seis ocasiones, se ha puesto abajo en el marcador y en ninguno de esos juegos ha podido remontar. En los otros cuatro marcó el primer gol y en todos ha sumado para conseguir 10 de 12 puntos.

En medio de esta crisis que vive la 'Nación Chiva', hay comentario constante de que cada partido juega mejor, pero no llegan los resultados.

En tres de los últimos cinco partidos ha superado la marca de los 400 pases por juego, una cantidad de servicios con los que se puede tener el control del encuentro, lo curioso es que los tres los perdió.

La constante del Rebaño es que defensivamente su desempeño es de más a menos. Cada periodo, el cuadro de Tomás Boy lo comienza bien y va decreciendo su desempeño.

En los primeros 15 minutos de cada tiempo ha recibido sólo nueve opciones de gol y tres anotaciones. Del 16 al 30 crecieron las opciones a 12 y recibió cinco anotaciones. Sobre el final, del 31 al 45 le han generado 18 ocasiones de gol y le han concretado ocho. En los 15' finales de cada tiempo es cuando más goles recibe y más errores comete.

A la ofensiva pasa lo contrario, le cuesta el inicio y cierra con más fuerza.

Sobre el final de los tiempos crea 95 jugadas ofensivas, de las cuales 21 se convierten en opciones claras y siete han terminado en gol. En el arranque del 1 al 15 han conseguido cuatro anotaciones y del 16 al 30 solamente tres.

Otro factor que confirma su debacle en los partidos es la relación balones perdidos y recuperados. Conforme avanzan el tiempo recupera menos el esférico y lo pierde en mayor número.

Conclusiones: A Chivas le cuesta marcar el primer gol, queda obligado a ir por la remontada, le cuesta anotar, lanza el equipo hacia delante, deja espacios, aparecen los errores y llegan los sinsabores.

Lo consume la presión de las áreas, esas zonas donde se definen los partidos. Queda claro que la solución no está en la institución, el terreno de juego y tampoco en la banca.

Tendrá que volver a reinventar la rueda y esperemos lo haga sin inventos raros, sin innovaciones absurdas. De otra forma, no podrá abandonar este tobogán infinito

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