Pobre Final
Fue una Final pareja en todos los aspectos: en fuerza, intensidad, entrega, falta de opciones de gol, posesión de balón y pases equivocados.
Para darnos cuenta de lo trabado que estuvo el juego de Ida entre América y Cruz Azul, podemos ejemplificar con las opciones de gol creadas. En la Final se generaron cuatro opciones (dos por equipo) mientras que en torneo regular se promediaron 11 por encuentro, un número muy pobre.
La historia del partido fue cortada, el exceso de músculo generó que ninguno de los dos pudiera hilvanar más de cinco o seis pases o que participarán cuatro o cinco elementos por jugada. Al final, las Águilas sumaron 195 pases por 277 de La Máquina, cifras muy por debajo de la media de nuestro futbol.
En los primeros 90 minutos de la Gran Final sumaron 572 servicios, mientras que en el torneo de Apertura 2018 se promediaron por juego 770.
Además, a los pocos pases que se intentaron en el juego de Ida hay que resaltar la baja efectividad los cruzazulinos unieron el 71 por ciento de aciertos por el 70 de los americanistas. Una ve más por debajo de la media de la temporada regular que es de 83 por ciento.
El motivo es el siguiente. El balón pasó más por los que menos saben con la pelota y los que saben con el esférico corrieron más tras el balón que con la pelota en los pies.
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Así terminó la primera mitad de la Final entre azulcremas y celestes. El balance pasó más por las pruebas físicas que por las futbolísticas. El fuerza terminó ahogando con un dos contra uno o hasta tres contra uno al talento, para evitar que surgiera la creatividad y el desequilibrio.
Con números tan parejos sólo queda guiarnos por las sensaciones de quien ganó con este 0-0.
